SEn el frente del cambio climático, hay al menos dos buenas noticias. En primer lugar, todos, o casi, ahora están de acuerdo en el objetivo: lograr la neutralidad de carbono para 2050. Francia incluso ha incluido este horizonte en la ley, al igual que la mayoría de los principales Estados emisores de carbono.
Entonces, ahora hay un consenso político sobre el hecho de que esta transición requerirá inversiones masivas: salir del petróleo, el gas y el carbón significa cambiar profundamente la forma en que nos movemos, nos alimentamos, trabajamos, vivimos. El propio Presidente de la República lo resumió durante de un video subido a YouTubefin de enero : “Hoy no estamos. Y si no cambiamos las cosas, no llegaremos allí. »
Este es de hecho el corazón del problema: la inmensidad del proyecto para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en Francia es ahora un consenso, pero la implementación sigue siendo muy insuficiente. El Alto Consejo para el Clima explicó en su último informe cómo Francia no está en la trayectoria correcta.
En el transporte, el desarrollo de los vehículos eléctricos avanza pero sigue siendo tímido, y las inversiones en ferrocarril y transporte público son lentas. En construcción, la rehabilitación de viviendas –el 19% de nuestras emisiones– no despega, a pesar de los miles de millones invertidos y la diversidad de sistemas desplegados. En el campo de las energías renovables, Francia es el único país europeo que no ha conseguido sus objetivos, llegando incluso a ser multado con 500 millones de euros por la Comisión Europea.
El gobierno parece paralizado
Ninguna trayectoria seria se refiere a la transformación masiva del sector agrícola. En la industria, los esfuerzos reales están subordinados, pero aún no han dado sus frutos. Sin embargo, la instalación, después de la elección presidencial, de una secretaría general para la planificación ecológica, con Elisabeth Borne, en Matignon, permitió recopilar y organizar las políticas necesarias.
¿Por qué, a pesar del frágil consenso político sobre el tema climático, parece inalcanzable alcanzar los objetivos fijados? El ejemplo de la rehabilitación térmica de edificios es uno de los más elocuentes: el tema está sobre la mesa desde hace más de diez años. Sin embargo, las reformas globales, que permiten una mejora real del confort y una reducción del consumo, solo afectaron a 66.000 viviendas en 2022, cuando habría sido necesario diez veces más para aspirar a mantener una trayectoria realista y alcanzar la neutralidad en carbono.
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