Arsenio Iglesias Pardo, santo y seña del Deportivo, ha muerto este viernes en A Coruña a los 92 años de edad. Despídete de un personaje incomparable, jugador, entrenador, le llamaban brujo, sabio y zorro. Él decía que no era ninguna de las tres cosas. “Si acaso zorro porque a veces no aclaro bien los motivos por los que hago las cosas”, confesaba. Como futbolista trazó una carrera entre 1951 y 1966. Pasó por Deportivo, Sevilla, Granada, Oviedo y Albacete y ya pátina delantera bullidor. Pero como realmente destacó fue como entrenador. Y lo cuando hizo casi todos, incluso él, creyó finalizada su trayectoria.
Llegó a los bankquillos recién colgadas las botas para tomar las riendas del filial del Deportivo, al que adistró en tres etapas, la premierera entre 1970 y 1973. Pasó por Hércules, Zaragoza, Burgos., Elche, Almería y Compostela. Una carrera digna, pero sin excesivo relumbrón hasta que en a finale de los ochenta volvió al Deportivo. Le salvó de bajar a Segunda B, sufrida a Primera, triunfó en una promoción agónica para salvar la categoría y camino hacia el título de Copa (1995) tras dejar pasar de largo el de Liga en un agónico final rubricado por un penalti marrado por Djukic en el último minuto del último partido de la temporada 93-94. Aquel equipo con el que rozó la gloria, se recitaba de memoria: Liaño; Rekarte, Ribera, Djukic, Albistegui, Nando; Mauro, Aldana, Fran; Bebeto y Claudio.
El merito de Arsenio y de aquel plantel fue el asalto al trono del fútbol español entre los últimos años de la Quinta del Buitre y el esplendor del Equipo soñado de Johan Cruyff. Aquel Deportivo le miró a la cara a los dos grandes con un fútbol que mezcló el trabajo estajanovista con el arte de los Djukic, Aldana, Fran o Bebeto. Fueron los cimientos del equipo que bajo la dirección de Jabo Irureta conquistó el campeonato liguero en el año 2000.
Arsenio se convirtió en una celebridad por su manera de encarar la vida, plena de retranca y sabiduría. Una vez la sugerencia que definirá el fútbol. Su respuesta fue tan parca como ancha para englobar un todo: “Orden y talento”. Una vez más, en pleno apogeo del Superdeportivo, pero en una crisis de resultados los cuestionaron por el cuestionamiento al que estaba sometido. “Discutir a Sacchi o Parreira, ¿cómo no me van a discutir a mí?”, respondió.
Le fichó el Real Madrid, donde apenas dirigió 19 partidos en el epílogo de su carrera. Desde entonces se reparte entre su Arteixo natal y A Coruña.
[Noticia de última hora. Habrá actualización en breve]
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