«Los empleos del sector público están luchando por tirar»

La Francia tiene 5,7 millones de funcionarios, cuyos problemas de remuneración afectan tanto a la cuestión del poder adquisitivo en un contexto de inflación como a la cuestión, específica de ellos, del atractivo de las profesiones del sector público. Es cierto que el salario es una palanca entre otras de este atractivo, pero la congelación del valor del punto del índice a largo plazo terminó por hacer que las otras palancas fueran casi ineficaces, en particular el atractivo de las misiones. Durante más de una década, las políticas salariales de los funcionarios públicos han estado vinculadas principalmente al control del gasto público, en detrimento de cualquier establecimiento de un contrato de confianza a largo plazo entre el Estado empleador y los funcionarios públicos.

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Es cierto que debido a los aumentos individuales (promociones internas, ascensos de grado y de escalón) y de categoría (ajustes puntuales en las parrillas de tal o cual categoría, como el Ségur de la santé, el Grenelle de l’éducation, el Beauvau de la security…), la congelación del valor del punto durante más de diez años no ha bloqueado por completo el aumento de la remuneración de los funcionarios públicos. No obstante, entre 2013 y 2020, el salario medio neto en el sector público aumentó un 8,83%, mientras que en el sector privado disminuyó un 14,35%. Lo mismo ocurre con el salario medio neto, que entre 2013 y 2020 creció un 13,72% en el sector privado y un 9,91% en el sector público.

Por eso, en un contexto de inflación (5,2% en 2022 y 4,3% esperado en 2023), la revalorización de 3,5% en julio de 2022, la mayor anual desde 1985 según el ministro de la función pública, Stanislas Guerini, no significa un aumento equivalente en el poder adquisitivo de los funcionarios públicos. Entre 2012 y finales de 2023, con una inflación del 22,8% y en ausencia de aumentos regulares de puntos, los funcionarios habrán perdido el 18% de su nivel de vida.

«Ataque oficial»

A esta erosión del poder adquisitivo, común a todos los funcionarios, se sumó el asentamiento de las tablas de índices. Este fenómeno es causado por aumentos en el salario mínimo, que está aumentando más rápido que el salario promedio del servicio civil. La recuperación de los aumentos del salario mínimo por parte de las matrices del índice significa que, con el tiempo, una parte cada vez mayor de los niveles inferiores de las categorías C y B se pagan con el salario mínimo. Esto provoca una sensación de estancamiento en los agentes jóvenes y genera en los más mayores una reducción muy fuerte del diferencial salarial ligado a la antigüedad. Tras el nuevo aumento del salario mínimo a 1oh enero de 2023, que aumentó a 400.000 funcionarios públicos, un empleado categoría A de 1oh escalonada a una remuneración índice mensual que sólo es superior al salario mínimo en 179 euros. Y pese a la revalorización de los inicios de carrera de los agentes de categoría B en el 1oh septiembre de 2022, esta diferencia es de solo 14,55 euros para un agente de categoría B el 1oh peldaño. Y es… 7 euros para un agente de categoría C nueve años después de entrar en la función pública. Mientras que en 2006, ¡todavía eran 77 euros!

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