La «calle al oeste», o el cambio demográfico impensado

Siempre más lejos de las ciudades. La dispersión residencial había comenzado mucho antes de la pandemia de Covid-19. Varios movimientos demográficos concomitantes, impulsados ​​por jubilados, altos ejecutivos y, ahora, teletrabajadores, explican la periurbanización, la atracción por las costas así como una sutil «jerarquía de territorios» basada en activos paisajísticos y de servicios. Estos temas territoriales serán debatidos el jueves 19 de enero en París, durante un simposio organizado por El mundoen colaboración con el Foro vies mobilesun instituto de investigación de la movilidad.

Los números hablan por si mismos. En 1990, con 1,4 millones de habitantes, Pas-de-Calais era el quinto departamento más poblado de Francia. En 2008, todavía ocupaba el octavo lugar. En 2022, habiendo mantenido la misma población, queda relegado al undécimo lugar. En el mismo período, la Gironda, que era el undécimo departamento en esta misma clasificación por población en 1990, cayó al octavo lugar en 2008 y luego al sexto en 2022, con casi 1,7 millones de habitantes, o 450.000 más que en 1990.

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Dentro de los departamentos atractivos, no son las grandes ciudades las que más cruzan. Morbihan ganó 60.000 habitantes entre 2008 y 2022, mientras que Vannes, su prefectura, mantuvo la misma población, y Lorient, la ciudad más grande, tendió a perder algo. Por otro lado, los municipios ubicados en el primer anillo de Vannes han experimentado un crecimiento impresionante. Estos traslados de población a zonas residenciales, donde la gran mayoría de los desplazamientos son motorizados, anulan todos los esfuerzos de los municipios urbanos por limitar las molestias del coche privado.

En cuanto a Ile-de-France, de donde salen 240.000 personas cada año, se ha convertido en la región menos atractiva de todas. “Más de cuarenta años, las salidas de la región son más numerosas que las entradas”así escribe el Insee.

Llenar escuelas y negocios

La “calle del oeste” – un occidente real o imaginario- lo confirmarán las cifras pospandemia, disponibles “dentro de dos o tres años”, como señala Christophe Bergouignan, director del Instituto de Estudios Demográficos de la Universidad de Burdeos. Las ciudades medianas, marcadas por la desvitalización, esperan que estos cambios demográficos les permitan acoger a más habitantes y actividades. Al mismo tiempo, los departamentos rurales buscan transformar a los turistas de paso en residentes todo el año, para llenar escuelas y comercios.

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