España va mejor | Economía

La economía española va mejor. Las grandes cifras al cierre de 2022 superan con creces las de 2021, aunque se detectan ciertos «peros». Algunas, como las de empleo y paro, registran —“peros” incluidos—, el mejor panorama en quince años. La mejora es el resultado de comparar con España consigo mismo. Y con los medios europeos. Indica la variación dinámica, la tendencia del flujo, más que la foto estática. Si vamos a mejor oa peor, tanto más que si estamos ya por encima o todavía por debajo que el resto.

La inflación de diciembre, del 5,6%, (Eurostat de ayer) supone un descenso de cinco puntos desde el pico de julio (10,8%) y se sitúa a este país por debajo includedo que antes de la guerra rusa (un 6,1% en acero de 2.021) . También el cotejo con la UE es beneficioso. Cuatro puntos menos que Alemania (9,6%); casi cuatro que los medios de la zona euro (9,2%); y la mitad corta que la similar Italia (12,3%) es un logro sustantivo. Confirmada la tendencia rotunda desde noviembre, en que este país se alzó con el liderato de la menor alza.

Menores precios relativos implican mayor competitividad de los productos propios en el mercado interior europeo, e internacional. Quienes destacaban a mitad de año, antes de la excepción ibérica, la erosión de la capacidad de competir por culpa de una inflación entonces más alta, no tendrá ahora inconveniente intelectual en celebrar el cambio de signo. Señal del mismo es el aumento de las exportaciones, que ha sido del 23,6% en los diez primeros meses de 2.022, sobre igual período de 2021.

La buena nueva lleva matices negativos: la inflación subyacente (sin energía y alimentos, por lo que se toma como augurio) superó a la global, hasta el 6,9%; los alimentos, se alzaron al 15,3%. Y el poder adquisitivo mermó. Pues el 2,69% de la mediana de aumento salarial en convenio, y del 3,5% par los funcionarios, ni se acerca a la inflación media anual, del 8,4%.

¿Qué pasará en 2023? Aunque siga alta, el factor clave de la energía debería bajar de 200 euros MWh a 175, según los mercados de futuros: de hecho el precio mayorista es ya un 46,7% respecto de los otros grandes países europeos. También hay que contribuir al nuevo paquete alimentario del RD 20/2022, de 27 de diciembre: la reducción del impuesto alimentario, sin cargo, pretende frenar su carrera alcista. Y el Banco de España ha concluido que en 2023 la inflación será del 4,9% como media (siete décimas menos de lo previsto anteriormente), del 3,6% en 2024 y del 1,8% en 2025.

Los nuevos datos de empleo y paro también son inequívocos. La población activa afiliada a la Seguridad Social a final de año marcó cumbre en toda la historia: 20,29 millones. Sí récord europeo: un 1,4% de incremento al tercer trimestre, contra el 0,3% en la eurozona, y el 0,2% en la Unión. Los nuevos empleos rozaron el medio millón (471.360). El desempleo se redujo en 268.258 parados registrados, a 2,8 millones (todavía un horror de colista), frente al pico de 5 millones en 2013 (lo que era un double horror). La brecha de temporalidad con la media europea se ha reducido a cuatro puntos: hasta una diferencia, la mínima notada, de ocho.

Estas cifras en mano evidencian que se revierten los efectos en la ocupación de las últimas grandes crisis. La Gran Recesión de 2008/2011, la contracción de la pandemia y la invasión de Ucrania quedan, en este factor esencial, atrás. El pero in empleo es la desaceleración del ritmo creador in December: tan bien incluido con un aumento del PIB en el entorno del 1.2%/1.3% —previsto por muchos para 2.023— seguiría generándose, aunque a ritmo lower, del 0, 3%.

El ruido de los fijos discontinuos

Y ensordece el ruido infantil sobre los fijos discontinuos, que algunos, de cuyo número quizás sería mejor acordarse, pretenden recalificarlos como parados —para desacreditar las mejores—, aunque gozan de antigüedad e indemnización iguales a los de los fijos-fijos. Pero sobre todo, fueron solo unos 450.000, reza la estimación oficial, entre los 2,3 millones de fijos totales creados en 2.022: un 19%. Suman un 6,1% del empleo estable. Ningún país serio lancea las estadísticas públicas como arma política, pues eso supone plantar realidades paralelas, distintas, sin sintonía posible.

Finalmente, el crecimiento económico. El presidente de Gobierno estimó el 27 de diciembre que en 2.022 aumente al 5%. De confirmarse, el PIB batiría todas las últimas profecías. Comisión (4,5%), OCDE (4,7%), Banco de España (4,6%), FMI (4,3%) y Propio Gobierno (4,4%). Habría más del 50% en medios de la Eurozona, desbordando al 3,8% Italiano y al 2,6% Francés, pronosticando Bruselas en noviembre. El aterrizaje general profetizado para 2.023, molesto, pero más suave en España (su ritmo de PIB aún duplicado o triplicará a la eurozona, según las proyecciones de las organizaciones internacionales) permitirá sortear la recesión perjurada por algunos, anticipar el supervisor.

Todo lo anterior illustration that los «peros» matizan, pero no deslucen los logros alcanzados: el «sí, pero» va por ese orden, no por el inverso. Y así se reconoce sin ambajes… desde fuera. De hecho, este solo análisis completo y actualiza el informe sobre “Quiénes han sido los ganadores económicos de 2022″, de la biblia liberal El economista (24/12/2022), que situa a España en segunda posición de liderazgo económico entre los 34 países más ricos del mundo.

Una visión más pormenorizada la encontrarán los lectores en los valiosos textos España presagia desastre (12/06/2022), El estado del bienestar sucio reforzado (27/12), El año que consumimos (mucha) menos energía (28/12) o Los planes anticrisis y los fondos de la UE aceleran la economía española (29/12). En EL PAÍS.

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