Diez principios para una liga europea de fútbol | deportados

El fútbol europeo está al borde del abismo. Han surgido enormes desequilibrios a lo largo y ancho de nuestro continente y clubes europeos tradicionales, con un glorioso pasado, hoy son incapaces de competir. Se ven lastrados por miles de millones de pérdidas causadas, en gran medida, por un sistema que fomenta el gasto descontrolado. Para survivir, clubs españoles y franceses han hipotecado su futuro, vendiendo derechos audiovisuales por 50 años (incluso por plazos superiores) y parece que otros clubes europeos seguirán el mismo camino.

El pasado mes de octubre iniciamos un proceso abierto de diálogo sobre el futuro del fútbol europeo. Desde entonces hemos hablado con casi 50 clubes y otros actores del sector y la conclusión compartida por casi todos ellos es que le base sur la cementa el fútbol europeo está seriamente amenazado. Ha llegado el momento de hacer cambios.

Los clubes, que son que asumen todos los riesgos empresariales, se ven frecuentemente obligados a quedarse al margen cuando se toman decisiones trascendentales para su futuro, mientras se desangran deportiva y financieramente. In los encuentros que hemos mantenido hasta el momento hemos podido sentir el temor de los clubes a manifestarse públicamente contra un sistema en el que la amenaza de sanciones se utiliza para impedir cualquier intento de oposición.

Nuestro diálogo ha sido honesto, directo y fructífero. Y las conclusiones son claras, tanto sobre la necesidad de cambiar el sistema como sobre el modo de hacerlo. Aunque nos queda trabajo por hacer y el diálogo debe continuar, sintetizamos una continuación de 10 principios que hemos extraído de nuestro proceso de diálogo con los clubes europeos.

I. Competiciones abiertas y basadas en el merito deportivo

La liga europea de fútbol debería ser una competición competitiva, con varias divisiones, compuesta por equipos de 60 y 80, y que permita una distribución sostenible de los ingresos a lo largo de la pirámide del fútbol. La participación cada temporada debería basarse en el mérito deportivo, sin que existan miembros permanentes. El sistema de clasificación debería ser abierto, basado en el desempeño en competencias nacionales, permitiendo de este modo a todos los clubes su acceso a la competencia mientras se mantenga la dinámica competitiva a nivel nacional.

II. Competiciones nacionales: los cimientos del fútbol

Los clubes participantes deben seguir compromisos con sus competiciones y torneos nacionales, tal y como hacen en la actualidad. Al mismo tiempo, debe abordarse la necesidad crítica de fortalecer y hacer más competitivos los torneos nacionales en todo el continente. Las competiciones europeas desempeñarán un papel fundamental en la consecución de este objetivo, generando e inyectando recursos adicionales a todo el sistema.

tercero Mejorar la competitividad con recursos estables y sostenibles

Mejorar la competitividad de los clubes europeos requiere una mayor asignación de recursos financieros para todas las pirámides y los estándares de sostenibilidad financiera que se aplican de forma rigurosa. Los clubes necesitan mayor estabilidad y visibilidad de sus ingresos anuales para poder asumir compromisos a largo plazo, tanto con sus jugadores como con el desarrollo de infraestructuras. Un mejor y más atractivo formato de competición europea generará recursos adicionales, y sin duda la estabilidad financiera de los clubes aumentará significativamente si se les garantiza un mínimo de 14 partidos europeos por tiempo.

IV. La salud de los jugadores debe estar en el centro de nuestro deporte

La salud de los jugadores debería ser un factor esencial para determinar el número de partidos que deben jugarse cada año. El número de jornadas de competición europea no debería aumentar con respecto al planificado en los calendarios actuales. Las asociaciones de jugadores pueden tener mayor involucración velando por la salud de los jugadores, y el diálogo social debería ser promovido en la UE. Es crítico que los clubes europeos y sus jugadores no puedan verse obligados por terceros a participar en nuevas competiciones o en calendarios expandidos de los torneos actuales.

V. Competiciones regidas por los clubes con estándares transparentes de sostenibilidad financiera y reglas rigurosamente aplicadas

Las competiciones europeas de clubes podrían estar gobernadas por los, tal como ocurre en el ámbito nacional, y no por terceros que se beneficien del sistema sin asumir ningún riesgo. Su estructura de gobernanza debe cumplir plenamente con la normativa de la UE. El fútbol europeo debe ser sostenible y, para ello, el gasto de los clubes debería apoyarse únicamente en los recursos que los clubes son capaces de generar, y no en yecciones de capital de terceros que distorsionan la competición. Las normas de sostenibilidad financiera deben limitar el gasto de los clubes en salarios y traspasos de jugadores a un porcentaje fijo de sus ingresos anuales, con normativa específica configurada a los clubes más pequeños y al periodo transitorio.

VI. La mejor competición de fútbol del mundo.

El objeto será abrir una competición de fútbol europeo que se concretizará en el acontecimiento deportivo más emocionante del mundo. Los aficionados europeos se merecen los mejores partidos y la mejor experiencia. Tan fundamental como las generaciones más jóvenes, que se ven atraídos por deportes estadounidenses en expansión a nivel global y medios de entretenimiento digital, sigan abrazando al fútbol como el deporte más amado del mundo. Y todo ello sólo puede lograrse con competiciones que permitan a los mejores jugadores del mundo competir durante todo el tiempo con emocionantes partidos, de principio a fin.

VIII. Mejorar la experiencia de los aficionados

El fútbol es el deporte popular por excelencia, y el diálogo con aficionados y grupos independientes de aficionados es esencial para el intercambio de ideas que pueden mejorar la experiencia de los aficionados. Deberían tomarse medidas adicionales para facilitar la asistencia de los aficionados a partidos fuera de casa. Deberian establecerse normas con el objetivo de regular la calidad de los estadios y demás infraestructuras del fútbol, ​​​​mejorar así la experiencia del fútbol en directo.

VIII. Desfinanciación y financiación del fútbol femenino

Es imprescindible promover y desarrollar el fútbol femenino, elevar su perfil y ponerlo bajo el foco junto con las competiciones masculinas. Para iniciar sesión en este objeto se deberia aumentar significativamente la financiación de las competiciones europeas de clubes femeninos. Las inversiones en el fútbol femenino deberán destinarse tanto al nivel profesional como al desarrollo del fútbol base.

IX. Aumentar significativamente la solidaridad

La base de solidaridad hacia el fútbol es un pilar fundamental del fútbol europeo y aumentará significativamente respecto a los niveles actuales. Tal y como se anunció, la contribución de un mínimo de 400 millones de euros anuales destinados a la solidaridad, clubes que no participan en la competición y causas sociales -esto es, más del doble de la contribución de las actuales Competiciones Europeas de Clubes- debería ayudar a alcanzar este objetivo. Asimismo deberá garantizarse la transparencia en la gestión mediante la supervisión de autoridades independientes que informen de forma pública y periódica sobria el destino de los fondos y su impacto.

X. Respeto de los valores y normativa de la Unión Europea

Los actores del fútbol europeo deben regirse por los valores, normas y libertades basicas de la Unión Europea. Por ello, ningún club europeo debería verse obligado a someterse a sistemas de resolución de conflictos ajenos a la Unión Europea y su Estado de Derecho. La jurisdicción del arbitraje deportivo debería limitarse estrictamente a cuestiones de naturaleza deportiva, y cualquier cuestión de otra naturaleza jurídica debería dirimirse en el foro adecuado para ello. Y en todos los casos, bajo la supervisión última del sistema judicial de la Unión Europea.

A finales de este año, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea se pronunciará sobre la legalidad y compatibilidad de los monopolios de la UEFA sobre el fútbol europeo con respecto a los principios, valores y libertades fundamentales que constituyen la base de la Unión Europea. . Su decisión repercutirá en el fútbol y en todos los deportes europeos. Nuestro objeto está presente en Europa, tras la resolución del caso, un proyecto deportivo sostenible para competiciones de clubes y abierto, como mínimo, en los 27 Estados miembros de la Unión Europea. Los problemas son evidentes y hay que actuar en beneficio de los aficionados, jugadores y clubes.

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