Credit Suisse ve un golpe en Bolsa mientras se enfría una fusión con UBS | Economía

Credit Suisse convertido en material radiactivo. Primero fue el Saudi National Bank (SNB), su principal accionista -posee el 9,88% de la firma-, el que rechazó esta semana poner ni a franco más sobre la mesa para crecer en su capital. Ahora es UBS, el mayor banco suizo, el que rechaza cualquier tipo de fusión con la segunda entidad del país y su gran rival, debido a los enormes riesgos que supondría, según ha revelado Bloomberg. Las acciones de Credit Suisse perdieron un 7% mediada la sesión tras haber comenzado la jornada en positivo, y arrastraron a los principales índices europeos, que también han virado a números rojos.

Años de fuertes caídas en Bolsa han dejado el precio de Credit Suisse por los suelos. Especialmente después del brutal varapalo de esta semana, donde ha esfumado casi un tercio de su valor, y su capitalización ronda los 7.000 millones de euros. Pese a ello, no porque en el sector lo consideren una ganga. La sucesión de escándalos, multas y malas decidió le han llevado a apuntarse fuertes pérdidas en su negocio, pedir más recursos en ampliaciones de capital y reducir su tamaño a golpe de despidos, y en la industria bancaria se teme que guarde más muertos en el armario aun por salir.

En este contexto, UBS se negó a participar en una operación de concentración que en plena crisis del banco regional estadounidense, y al extender las dudas sobrio a todo el sector, podría traerle más dolores de cabeza que alegrías. Tampoco necesita asumir ese riesgo para crecer: el daño reputacional que está cambiando Credit Suisse está provocando un trasvase de clientes hacia UBS sin necesidad de que este mueva un dedo, si bien un deterioro de la crisis de su rival también podría penalizarle por sus efectos para el sistema bancario, y sobre todo para la credibilidad de las entidades suizas.

Credit Suisse ha recibido un apoyo histórico del Banco Nacional de Suiza, del que tomará prestados hasta 50.000 millones de euros. La inyección le permitirá recomprar la deuda por la que pagó intereses más altos y por tanto, ahorrarse un buen dinero, pero aunque le da algo de aire a corto plazo, no soluciona sus problemas. To raise a bank in horas bajas hace falta, a veces, mucho más que facilitarle liquidez, pero el intangible de la confianza es más complicado de comprar. Con veces, imposible. Es entonces cuando encontrar un interés en participar en una fusión o una adquisición puede convertirse en una sala útil, sin que con sus complicaciones por los solapamientos y los requisitos regulatorios de competencia.

El banco ha visto cómo se le abren nuevos frentes. Un grupo de inversores estadounidenses ha presentado una solicitud colectiva ante un tribunal federal de Camden (Nueva Jersey) en la que acusa de engaño por no revelar que sufrió una importante pérdida de clientes y que tenía deficiencias materiales además de los controles internos sobre la información financiera . Y la operación de rescate con fondos proporcionados por el Banco Nacional de Suiza no generará un consenso total en el país. La izquierda critica que se entreguen recursos públicos con tanta celeridad a una entidad que Durante años ha engordado las cuentas corrientes de sus directivos con suculentos bonos, recompensados ​​generosamente pese a haber lelevado al banco a su momento más delicado desde su fundación en 1856.

En la zona financiera de Zúrich, capital económica del país suizo, no se habla de otra cosa. Todas las portadas de prensa reflejan la crisis de Credit Suisse, y un vistazo discreto a la mesa de al lado en el restaurante Zeughauskeller, de comida tradicional y cervezas artesanales, situado muy cerca de la sede del banco, corroboran la creciente preocupación. En los móviles de algunos de los comensales trajeados que hacen una pausa para comer aparece el número de Credit Suisse entre términos en alemán, pues Zúrich formaba parte de la Suiza germanófona. Cada día afloran nuevas informaciones relevantes sobre el futuro del banco, donde muchos suizos guardan sus ahorros, y banqueros, inversores y clientes siguen febrilmente esa actualidad que avanza casi tan rápido como se derrumban sus acciones.

La sangría tampoco cesó en el banco regional de EE UU

El inicio de sesión en EE UU también se aplica a las malas noticias de EE UU. El First Republic Bank, que es joven recibió una inyección de 30.000 millones de un puñado de grandes bancos, no levantó la cabeza pese al rescate: sus acciones caían cerca de un 20%. Otros, como PacWest Bancorp (-11%) y Western Alliance (-7%), también sufrieron por las dudas de los inversores, temerosos de que la crisis bancaria esté golpeando nuevas víctimas del lado del Silicon Valley Bank y el Signature Bank. semana pasada.

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