zoom sobre la venta de plata de la Santa Sede

El Vaticano, “es el país más pequeño y complicado” que nunca fueron vistos. En 2011, se enviaron expertos financieros del Consejo de Europa para ayudar al microestado a poner sus cuentas en orden. Atónitos por la complejidad del sistema, se topan con un muro: las autoridades de la Santa Sede, como los funcionarios italianos, se resisten a cooperar… La Unión Europea y el banco central italiano acaban sancionando al Vaticano. En 2013 se bloquearon las terminales de pago electrónico; se vuelve imposible pagar con tarjeta alrededor de la plaza Saint-Pierre. Este episodio forma parte de un período crucial en la larga y romántica historia de los negocios y las finanzas de la Santa Sede, narrada por el periodista François de Labarre en el libro-investigación Vaticano en alta mar (Albin Michel, 192 páginas, 20,90 euros).

Hasta hace poco, la transparencia era tabú en el Vaticano. A finales de la década de 1970, el Papa Juan Pablo II decidió utilizar el banco privado del Vaticano, el Instituto para las Obras de Religión, para financiar la lucha contra el comunismo y se rodeó de intermediarios más o menos recomendables. Y, a partir de 1980, la mafia se lanza a la brecha para abrir cuentas anónimas, mientras que los políticos italianos aprovechan esto para financiar sus partidos. En 2013, cuando Benedicto XVI renunció al papado, Estados Unidos puso en la lista negra al Vaticano como una posible plataforma para lavar dinero del narcotráfico.

Un sistema interrumpido

Tan pronto como fue elegido, el Papa Francisco abordó el problema de frente y “una armada de cuellos blancos llega a los muros del Vaticano”. Pero estallaron varios casos, como la compra de un edificio de lujo en Londres por parte de los prelados. Esta operación es sospechosa de haber dado lugar a desfalcos y actos de corrupción.

Lea también: Artículo reservado para nuestros suscriptores Banco del Vaticano promete transparencia

La obra de François de Labarre está llena de coloridos personajes. El prelado Nunzio Scarano fue así apodado «Monseñor Cinquecento», por los billetes de 500 euros que se le escaparon de los bolsillos… Acusado de haber lavado dinero, fue condenado a siete años de prisión, en marzo de 2022. 71 años, tiene espera su sentencia en apelación.

La política del Papa Francisco y los repetidos juicios parecen estar sacudiendo el sistema. El Vaticano, en particular, se ha dotado de un código de licitación más restrictivo, una nueva Constitución Apostólica e incluso un comité de ética. Pero, como muestra el libro de François de Labarre, estos asuntos empañaron permanentemente la imagen del Vaticano.

Le queda por leer el 13,9% de este artículo. Lo siguiente es solo para suscriptores.