¿Deberían modificarse los procedimientos que permiten la representación de los líderes empresariales? Sin duda, pero el sitio no está a punto de ser iniciado. Así se desprende de una nota publicada el miércoles 19 de julio por los diputados de Haute-Garonne Hadrien Clouet (La France insoumise, LFI) y Finistère Didier Le Gac (Renacimiento). Les deux parlementaires diffèrent grosso modo les mêmes constats mais divergents sur les mesures à prendre, à terme, pour améliorer un système critiqué – entre autres – pour son manque de transparence et la place insuffisante qu’il accorderait aux organisations défendant les dirigeants de sociétés de talla pequeña.
MM. Clouet y Le Gac examinan los llamados mecanismos de «representatividad patronal» activado gracias a dos leyes de 2014 y 2016. Estos textos establecen un método para determinar el peso de las organizaciones que defienden los intereses de los líderes empresariales, con el objetivo de identificar actores con una sólida legitimidad. Así, para ser representativo a nivel interprofesional o sectorial, un movimiento de empleadores debe representar al menos el 8% de las empresas afiliadas a una organización de empleadores («empresas públicas») o al menos el 8% de las personas que trabajan en empresas pertenecientes a este tipo de organización (“público pagado”).
Esta ponderación se realiza cada cuatro años, enumerando los miembros de una organización. La apuesta no está picada, como recuerdan los dos diputados en su nota. Quienes superen la marca del 8% están autorizados a participar en la vida del sistema paritario: negociación de convenios colectivos -nacionales o sectoriales- que «determinar la ley aplicable»asignación de escaños en tribunales de trabajo y en diversas instituciones cogestionadas por los interlocutores sociales (Unédic, régimen Agirc-Arrco de pensiones privadas complementarias, etc.), etc.
Ser representativo también permite recibir las subvenciones que concede el Fondo para la financiación del diálogo social (es decir, 133,5 millones de euros repartidos en 2021 a la patronal y los sindicatos). “Simbólicamente, finalmente, la representatividad acredita a determinados actores y facilita la difusión de sus discursos en la escena pública”, subrayado MM. Clouet y Le Gac.
Dispositivo complejo y opaco
Cuando se calculó por última vez el peso de los protagonistas presentes, en 2021, tres estructuras consiguieron subir al umbral exigido a nivel interprofesional: el Medef -que es el número uno, desde el punto de vista de “la audiencia asalariada” –, la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa (CPME) y la Unión de Empresarios Locales (U2P). En ese momento, unas 573.400 empresas eran miembros de un movimiento de empleadores, con una membresía de 14,1 millones de trabajadores.
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