Italia observó con gran preocupación el polvorín balcanico, tras batallas en la calle que se ha visto en Kosovo, entre soldados de la NATO y serbios, con catorce militares italianos heridos, tres de ellos tombs, que formaba parte de la KFOR (Kosovo Force), la misión internacional liderada por la Alianza Atlántica.
El contingente italiano de la KFOR está compuesto por 700 soldados. De los 14 heridos en la guerrilla de ayer, casi todos tienen las piernas rotas a causa de los cócteles molotov que los manifestantes arrojaron a los pies. Dura ha sido la protesta italiana. “Lo que está pasando -ha dicho la primera ministra, Giorgia Meloni,- es absolutamente inaceptable e irresponsable. No toleraremos más ataques contra la KFOR.
Es fundamental evitar más acciones unilaterales por parte de las autoridades kosovares y que todas las partes involucradas den un paso atrá de inmediato, contribuyendo a aliviar las tensiones«.
Los serbios son minoritarios en Kosovo (120,000 frente serbios a 1,873,000 kosovares), pero la mayoría en las zonas del norte. No hubo reconocimiento de los resultados de las elecciones municipales del 23 de abril, solo boicotearon. Ayer se enfrentó primero con la policía local y con las unidades de la OTAN.
KFOR pretende mantener un mínimo de estabilidad entre comunidades irreconciliables, odio que perdurará ya que serbios y kosovares forman parte de la extinta Yugoslavia. Teniendo en cuenta la enorme tensión que se vivía en la zona, el incidente se vio venir, según explicó el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani: “Temíamos que algo así pudiera pasar. Yo hablé con el primer ministro kosovar, Albin Kurti, para advertirle. Este incidente puede perjudicar su camino para que Kosovo sea miembro de la Unión Europea”.