La subida de tipos preocupa a las empresas y anima a la banca a estar atenta

El deterioro de la economía mundial, la inflación y la subida acelerada de los tipos de interés no parecen, por el momento, poner en entredicho el crecimiento de la demanda de crédito empresarial, ni deteriorar sus relaciones con los bancos. Sin embargo, ambas partes se están preparando para tiempos menos favorables.

“Ya no estamos en la situación que apareció hace un año, cuando el grifo del crédito estaba abierto de par en par”observa Jean-Eudes du Mesnil du Buisson, secretario general de la CPME, la Confederación de pequeñas y medianas empresas, su principal organización con 243.000 miembros. “Estamos muy preocupados por la subida de tipos. Para una empresa que ya se enfrenta a la inflación de las materias primas y la energía, esto puede conducir a un deterioro de la situación financiera. Pero no estamos ahí y aún no hay grandes tensiones. »

Buen punto para las pymes: muchas de ellas ya han reembolsado los préstamos con garantía estatal obtenidos durante la crisis del Covid-19, a menudo como medida de precaución y no siempre utilizados. La tasa de incumplimiento para esta categoría es, por lo tanto, más baja que la observada para los préstamos convencionales.

“El dinero es mucho más caro”

Los bancos no mencionan por el momento ninguna ralentización repentina en las solicitudes de préstamos y señalan que algunas de las empresas han optado por adelantar la financiación de determinadas inversiones y reconstituir sus reservas de efectivo anticipándose a la continuación del aumento del coste del crédito.

Las entidades de crédito encuestadas explican que no repercuten íntegramente en las empresas el incremento de sus propios costes de financiación, en detrimento de su rentabilidad

“En 2021, las tasas de interés podrían estar por debajo del 1% en ciertas financiaciones. Hoy estamos más bien entre el 4% y el 5%. El dinero es mucho más caro”, explica Serge Bayard, director general adjunto de las actividades de banca corporativa y de inversión de La Banque Postale. Sin embargo, las entidades de crédito consultadas explican que no repercuten íntegramente el incremento de sus propios costes de financiación a las empresas, en detrimento de su rentabilidad.

Si, por lo tanto, se detiene el choque de tasas en esta etapa, el riesgo de tensión en los reembolsos en los próximos meses ya justifica un enfoque más cauteloso. Esta vigilancia se centra en los sectores empresariales más expuestos a los riesgos actuales, como la industria, los materiales de construcción, la agroalimentación y el transporte. Sobre todo porque algunas de las empresas afectadas deben reducir sus márgenes.

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