Entre la danza y el deporte, un nuevo pas de deux

Todas las ocasiones son buenas. A medida que se avecinan los Juegos Olímpicos de 2024 en París, que por primera vez albergarán el estilo hip-hop acrobático y rompedor en el suelo, la danza y el deporte son más que nunca un terreno común. Sorpresa, el sábado 10 de junio, en el torneo de Roland-Garros, la final femenina ofreció una introducción coreográfica con ocho intérpretes que estallaron con la música de Bizet, interpretada por la orquesta Divertimento bajo la batuta de la directora Zahia Ziouani.

Esta alegre ceremonia estuvo firmada por Grichka Caruge, figura de la escena hip-hop. “Qué reto rendir homenaje al tenis a través de una coreografíaexclama. Evolucionar con las raquetas intentando desviar el movimiento del tenista es apasionante. Sólo hay un pequeño paso, finalmente, entre la danza y el deporte. » Y salta, de nuevo al día siguiente, a la final masculina Djokovic-Ruud, en la Bolero por Ravel, con el cuerpo de baile de los recogepelotas entrando en la arena.

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Este «pequeño paso» generador de encuentros efervescentes. Lanzado el 1oh Junio, la Olimpiada Cultural, bajo la dirección de Dominique Hervieu, anuncia cientos de eventos bajo el paraguas del arte y el deporte. Desde el 23 de junio y hasta el 17 de septiembre, el evento Olympic Forms, liderado por el Ayuntamiento de París, ofrece 50 actuaciones gratuitas mientras, del 28 de junio al 2 de julio, se celebra la tercera edición del Jogging festival, en el Carreau du Temple, baile híbrido con fútbol, ​​patinar… “Durante la primera edición, tuve que recoger los programas uno por uno, diviértete Sandrina Martins, gerente del lugar. Este año, recibí cien archivos. La danza y el deporte son dos polos magnetizadores, que ofrecen un campo magnético en el que pueden nacer nuevas formas artísticas. »

Si al bailarín, que frecuenta cada vez más los gimnasios, se le suele considerar un atleta y al deportista a veces se le compara con un bailarín con piernas eléctricas, es porque tienen muchos puntos en común. En el estudio de ensayo, el estadio o sobre el tatami, los cuerpos se enfrentan a los mismos retos de aprendizaje técnico, virtuosismo, resiliencia… “Un gran número de restricciones son idénticas, incluida la dificultad de entrenardice el sociólogo Patrick Mignon, jefe del laboratorio de sociología del Instituto Nacional de Deportes y Educación Física, de 1998 a 2015. Entre las diferencias, cambia el objetivo de la actuación. En el deporte, es el resultado a conseguir; en el espectáculo, cumple el propósito. Además, un reglamento dicta lo primero, mientras que es la transgresión la que tiene lugar en el segundo. » En cuanto a la competencia y la excelencia, agudizadas en ambas, no terminan de la misma manera. “Ganamos o perdemos de un lado; en cambio, prima el contenido artístico», él añade.

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