En el Torneo de las Seis Naciones, una copa para los jugadores caídos

Murrayfield Stadium, Edimburgo, segunda jornada del Torneo de las Seis Naciones 2018. Escocia recibe a Francia. Son alrededor de las 17:00 hora local cuando el árbitro pita el final del partido. El XV du Chardon ganó el partido 32-26, contra el Blues derrocado en los últimos veinte minutos, frente a 67.000 espectadores. John Barclay, el capitán de Escocia, se dispone entonces a atenuar una copa inédita: el trofeo Auld Alliance, creado en homenaje a los jugadores de rugby de los dos países, fallecidos durante la Primera Guerra Mundial, cuyo centenario se celebra ese año. el armisticio Un trofeo puesto en juego este domingo 26 de febrero en el Stade de France, durante el partido entre ambos equipos.

El mundo del deporte no escapó a los horrores de la Gran Guerra. En total, 133 jugadores internacionales de rugby perdieron la vida allí. Ingleses, sudafricanos, neozelandeses, pero también 22 jugadores franceses y 31 escoceses, el contingente más numeroso. Presidente de la asociación Memorias de eventos de rugby, una estructura organizadora de eventos conmemorativos en torno a la pelota ovalada, Patrick Caublot se dispuso a disuadir su historia. Desde el Somme hasta Bélgica, este nativo de Amiens visita sus tumbas en los cementerios militares franceses y británicos. Sin poder explicarlo realmente, el hombre “siempre ha tenido una vibra especial para Escocia”.

Y se le ocurre una idea loca: como el trofeo Eurostar que une a Francia e Inglaterra desde 2000, y el trofeo Garibaldi entre Francia e Italia desde 2007, ¿por qué no ofrecer uno a nombre de las relaciones entre Francia y Escocia? Sobre todo porque los dos países tienen vínculos especiales. “En 1296, el tratado de la Auld Alliance, traducción de Old Alliance en escocés, fue transferido entre el reino de Francia y el de Escocia, explica Clarisse Godard Desmarest, profesora de la Universidad Picardie Jules-Verne. Fue en un principio un acuerdo militar contra su enemigo común: Inglaterra. Pero el tratado perdió gradualmente su sustancia. »

Un pedigrí de prestigio

Le queda a Patrick Caublot encontrar su testaferro. Su investigación comienza con el 21 Escoceses muertos en el frente occidental en Francia. Le intriga la historia de uno de ellos: Eric Milroy, cuyo nombre está hoy grabado en el memorial de Thiepval, en el Somme. Nacido en Edimburgo el 4 de diciembre de 1887, el futuro internacional pasó por el prestigioso George Watson’s College, antes de incorporarse a la Universidad de Edimburgo para realizar estudios de matemáticas. Paralelamente, Eric Milroy juega al rugby y se une al equipo de su universidad. El 5 de febrero de 1910 fichó su primera selección nacional contra Gales y vistió la camiseta del Chardon en 12 ocasiones, incluidas dos con el brazalete de capitán, en 1914.

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