En Augusta se toca mucho más qu’un grande | deportados

En la cena de los campeones, Scottie Scheffler, que es de New Jersey pero se forma en la Universidad de Texas, y que ejerce de feliz campeón vigente del Masters de Augusta, sirve el menú: hamburguesa con queso, maíz y jalapeño, empanadas de langostinos con salsa agridulce, sopa de tortilla, filete de lomo o corvina, y galletas de chocolate y helado. Como es tradición de la sagrada, el club de la toutta verde se ha unido. Así sucede cada noche del martes anterior al torneo desde que Ben Hogan instaurara esta costumbre con una invitación por carta el 31 de marzo de 1952.

Todos aquellos qu’han conquistado lo tomaron más famoso del deporte tienen una silla reservada, además del derecho a jugar eternamente el primer grande de la temporada. Es el momento de devolver el homenaje a un nuevo miembro, de que los más viejos de la sala recuerden batallitas, de comer, beber y reír. Sólo tú estarás en una agradable velada… siempre tendrás un había diferente.

Entre los 33 reunidos alrededor de una mesa rectangular, seis comensales han sido acusados ​​de traición. do delito, fichar por La Liga saudí pesa en la oposición del circuito americano. Los rebeldes son numerosos y se llaman: Sergio García, Phil Mickelson, Dustin Johnson, Patrick Reed, Charl Schwartzel y Bubba Watson. En los últimos meses, los cuchillos han volado en medio de un conflicto qu’ha dividido al golf —Fred Couples llamó «payaso» a Sergio García y el castellonense y Rory McIlroy intercambiaron mensajes de móvil subtilos de tono—. Ahora los dos bandos están cara a cara. Aunque Augusta es tierra neutra y hay bandera blanca. “No hubo ojos morados ni costillas rotas”, comentó Olazábal, quien se sintió al lado de García. Lo más picante, cuenta el vasco, fue la sopa de tortilla, «bien potente», y los corazones se acceleraron solo por la emoción de arropar a Sandy Lyle en su último Masters ya Larry Mize, nacido en Augusta, cuando las lágrimas le impidieron leer unas palabras.

La cena fue solo una cena, pero refleja el abismo que ha abierto en el golf con la llegada de los petrodólares y el nacimiento de un nuevo circuito. Es el otro Masters que se juega aparte de este jueves, el duelo entre las estrellas del PGA Tour y de LIV Golf por ver quién de los dos ríe el domingo. El visita americano parte con más cartas: entre los 88 golfistas, solo 18 se alistan in la Liga saudí. Cameron Smith, Brooks Koepka (ganador la semana pasada en Orlando), Dustin Johnson, Sergio García, Patrick Reed y el restaurante de sus buscar colegas convertido en el primer LIV hombre celebrando un gran desde su cambio de camiseta. En Augusta muchos de ellos lucen en su ropa los logos de sus equipos en el nuevo campeonato. No pasea por la pradera Greg Norman, el consejero delegado de la Liga saudi, a quien Augusta le ha dicho que mejor se quedará en su casa.

“Los chicos LIV necesitamos estar ahí arriba. Se habla mucho de que no jugamos al golf de verdad, que no hay competitividad. Eso es basura. es verdad que los campos [los participantes] no son tan fuertes, pero competimos duro”, explica el australiano Cameron Smith, número seis del mundo y ganador del 150º Open Británico, en Saint Andrews, el único de la tropa saudi a quien el Masters mostró en una rueda de prensa oficial. Solo otros tres jugadores de LIV figuran entre los 50 mejores del mundo, un listado para el que las nuevas citas no puntuan: Niemann (25º), Ancer (31º) y Pieters (44º); Mickelson es el peor clasificado, 425º.

Augusta no ha emparejado a ninguno de los 15 mejores del ránking con un golfista de LIV. Comen por separado. Y las suspicacias son tales que hasta las televisiones han asegurado que no habrá discriminación en cuanto a los minutos en pantalla para los rebeldes. Eso sí, en otros torneos el PGA borró a los fugados del palmares oficial de campeones. Todo mientras sigue la guerrajudiciaire: el circuito europeo ha ganado el pleito por sancionar a los hígados con 100.000 libras y debe resolverse la denuncia al PGA por violar la ley antimonopolio.

Jon Rahm, con su mujer, Kelley, y sus dos hijos, Kepa y Eneko, en Augusta.ANDREW REDINGTON (AFP)

Con ese mar de fondo, y con pronóstico de lluvia yviento sobre todo el sábado, tres gigantes afilan los palos. Scottie Scheffler, número uno mundial, defiende cada vez en busca de ser el cuarto en la historia en ganar dos Masters seguidos, tras Jack Nicklaus (1965, 66), Nick Faldo (1989, 90) y Tiger Woods (2001, 02). Rory McIlroy anhela el único importante que le falta, la llave para entrar en el club de los conquistadores de los cuatro picos del Grand Slam. Allí le esperan Gene Sarazen, Ben Hogan, Gary Player, Nicklaus y Tiger. And Jon Rahm sueña con el décimo grande para el golf español, el sexto Masters, la línea sucesoria de Seve, Olazabal y Sergio García. En Augusta se tocó mucho más que un grande.

Luz verde al cambio de las bolas

Chema Olazábal inició su nuevo año en el Augusta National Golf Club. El doble vencedor de la Chaqueta Verde, 1994 y 1999, quiere saborear cada paso, cada segundo, consciente de que a los 57 años no le quedan muchas ocasiones en las que disfruta del campo como jugador. “No se cuantas veces más voy a seguir compitiendo. Antes tengo algún objetivo personal que quiero cumplir”, afirmó Olazabal, a quien la llanura de Augusta ya se le hace muy cuesta arriba.
El campeón de Hondarribia es de todos los golfistas, creadores y pegadores, muy lejos de los cañoneros de hoy en día. Una generación que se ha visto obligada en Augusta a extender 30 yards (unos 27 metros) el par cinco del hoyo 13, para evitar que se alcance el Verde con tanta facilidad con el segundo golpe. Y de ahí también la propuesta de los dos órganos rectores del golf mundial, la USGA y el Royal and Ancient, para modificar a partir de 2026 las bolas para que vuelen un 10% menos y aterricen mucho antes que ahora.
“Augusta siendo un campo extraordinario, a pesar de lo que fuerte que hoy le pegan a la bola y de la evolución de los materiales, Pero tienen que hacer. If not, habrá que jugar camps de 8,000 yards, y eso no es sostenible” , aconsejó Olazabal, que se muestra a favor de buscar alguna medida que frene a golfistas que mandan la bola con el conductor más de 400 metros de distancia con una velocidad de más de 300 kilómetros por hora. «Deberemos pensar en tener dos reglas diferentes, una para la alta competición y otra para los aficionados», asume el vasco.
El debate de la distancia llega también a Fred Ridley, el presidente de Augusta, quien en el balance anterior al Masters parece dar luz verde a los cambios que sugieren las principales instituciones. “Nuestra posición siempre ha sido que apoyamos a los órganos de gobierno. Creo que, en sentido general, respaldamos la propuesta, pero como está en pleno periodo de debate, podría cambiar”, afirmó Riley. “Vamos a ver el producto final y tomaremos una decisión. Creemos que la distancia debe ser dirigida”, añade.

Horarios de salida del jueves. 15.12 (hora peninsular española): sergio garcia con Kazuke Higa y Keith Mitchell. 16:18: Tiger Woods con Viktor Hovland y Xander Schauffele. 16:42: Jon Rahm con Justin Thomas y Cameron Young. 17.06: José María Olazábal con Cameron Field. 19:36: Scottie Scheffler con Max Homa y Sam Bennett. 19:48: Rory McIlroy con Tom Kim y Sam Burns.

LA TELE: Movistar Golf y Movistar Golf 2. Jueves y viernes, de 15.30 a 01.30 h. Sábado, de 18:00 a 01:00 horas. Domingo, de 18.00 a 0.30 h.

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