Cinco goles de Haaland empujan al City a cuartos | deportados

Nunca le ofrecieron más resistencia. Nunca encontramos tantas dificultades para anotar como en esta temporada. Erling Haaland inauguró Paso de todas maneras. Este martes impulsó al Manchester City a los cuartos de final de la Champions con cinco goles y ya suma 39 y 36 partidos. Solo Luiz Adriano al BATE y Messi al Leverkusen tuvieron misido cinco goles en un encuentro en solitario de la nueva versión de la Copa de Europa. Lo padeció el Leipzig, conjunto industrial y ordenado por excelencia, resistente que duró 20 minutos y luego superado, destrozado a manos de un rival qu’jugó en otra dimensión.

7

Ederson Moraes, Aké, Rúben Dias, Manuel Akanji, Rodrigo (Kalvin Phillips, min. 63), Gündogan (Mahrez, min. 55), De Bruyne, John Stones (Sergio Gómez, min. 63), Bernardo Silva, Erling Braut Haaland (Julián Álvarez, min. 63) y Grealish (Foden, min. 54)

0

RB Leipzig

Blaswich, Benjamin Henrichs (Lukas Klostermann, min. 79), David Raum, Gvardiol, Willi Orban, Forsberg (André Silva, min. 62), Dominik Szoboszlai (Dani Olmo, min. 72), Laimer, Amadou Haidara (Mohamed Simakan, min. 62), Kevin Kampl y Timo Werner (Yussuf Poulsen, min. 62)

goles 1-0 minutos 22: Erling Braut Haaland. 2-0 minutos 23: Erling Braut Haaland. 3-0 minutos 46: Erling Braut Haaland. 4-0 minutos 49: Gundogan. 5-0 minutos 53: Erling Braut Haaland. 6-0 minutos 57: Erling Braut Haaland. 7-0 minutos 91: De Bruyne.

Árbitro Slavko Vincic

tarjetas amarillas Benjamin Henrichs (min. 20), Timo Werner (min. 33), De Bruyne (min. 66) y Manuel Akanji (min. 77)

Si el gol qu’abre el marcador siempre fue el más importante, para el City adquiere un relieve superior inclusive. Agobiado por rivales qu’apelotonan systememente en sur area para impermeabilizar se frente a las combinaciones rápidas, el equipo de Guardiola ha debido redoblar sur dynamism esta temporada. La presencia de Haaland en el frente del ataque ha empujado a los equipos de la Premier a comportarse de manera excepcional para protegerse del noruego. El hombre ha padecido las consecuencias de la vida sin aire ni espacios ni tiempo para pensar entre la multitud de marcadores. Nunca en su carrera este punta de 22 años se había visto tan enjaulado y aun así se las ingeniaba para desmarcarse. La bastaba a zulo. Sumaba 34 goles en 35 partidos hasta este martes. Cuando el City hizo el 1-0, el nueva ya sumaba remates muy formidables. La ventaja le abrió los horizontes.

A falta de lateral disponible, Guardiola alineó con cuatro centrales sin que la anomalía pesara en exceso en la circulación. Para soltar amarras situó a Bernardo Silva como falso extremo por la derecha. Desde allí el portugués es un ciclón. Sus maniobras de arrastre de rivales. Les mostró la pelota, los amontonó, y casi siempre salió airoso de la presión liberando espacios para sus compañeros en otras zonas del campo. Si De Bruyne no rompió el cascarón de falso mediapunta y permanente inmóvil cuando su equipo le precisa cerca de los pivotes para jugar sucio, Gündogan alcanzó un nivel extraordinario. Hacía mucho tiempo que el volante alemán no elevaba tanto la frecuencia de sus intervenciones y el perímetro de su zona de influencia. El 4-0, tras la reanudación, premió su actuación al cabo de una jugada coral —participaron todos los atacantes— que él remató con gracia. Para llegar a este punto el City deberá sortar lo más áspero de las barricadas del Leipzig.

Penalti de Hendricks

El penalti de Hendricks pasados ​​​​los 20 minutos—la defensa abrió el brazo para impedir el cabeceo de Rodri a la salida de un córner—cambió el escenario. La sanción permitió un metro de Haaland el primero. Para entonces el Leipzig, verdadera máquina de presión, rebosante de jugadores enérgicos y disciplinados, se había estacionado en el mediocampo à la espera de suministros. El golpe inicial desconcertó a los visitantes. A los pocos minutos su portero, Blaswich, sacó en largo y Ederson, desde la otra portería, le devolvió el envío. La pelota golpeó el campo de ida y vuelta. Haaland dominó el espacio aéreo con prepotencia y descolgó el meteorito. Cayó a los pies de De Bruyne. El hombre exhibe una hermosura sin precedentes. Tiene dificultades para desplazar su cuerpo por el campo, pero desplaza la pelota como nadie. Sin apenas espacio para armar la pierna le pegó con el interior. La patada de una burra no hubiera sido más dura. Si el hubiera dado con el empeine rompió la portería. El tiro hizo temblar el palo. Haaland — que no se pierde un detalle — cabeceó el rebote.

El 2-0 obligó al Leipzig a salir de su campo. En este escenario, Gvuardiol y sus compañeros se quedaron a la intemperie, como corderos bajo la nevada. En los dominios del lobo. melena dorada de Haaland describe un zigzag continuo de engañosos movimientos, indescriptible o imparable para sus oponentes, superados una vez por el ingenio, otras veces por la fuerza bruta. No hay capítulo del libro del delantero que Haaland no domine a la perfección. Cuando había que combinar en el balcón del área, entraba y salía de la jugada como un rayo para jugar a un toque; if había que romper al espacio, siempre le ganaba un metro a sus perseguidores; y puesto a recoger la chatarra de los rechaces y los rebotes —la especialidad de Lewandowski—brilló con fulgor cegador.

Récord de precocidad: 33 goles en 25 partidos de Champions

Empujó el 3-0 con una parición sigilosa en el segundo palo, al cabo de un con que le descolgó Dias. Hizo el 5-0 después de elevarse medio cuerpo por encima de los centrale para meter el frentazo, y cuando el portero palmeó la pelota fuera lo remató con el pie. El 6-0 fue otro ejercicio de oportunismo. Una definición con la calderilla que la quedó en el pantalón. Guardiola cambió su sustitución y el Etihad dedicó una ovación atronadora.

«Si hubiera jugado los 90 minutos habría metido más goles, seguro», dijo Guardiola, después de la refriega. “Messi le hizo cinco al Bayer en el 90, él hizo cinco en el 60″.

Haaland reconoció más tarde que el hubiera gustado meter un «doble tres tantos». Le preguntaron por su gol favorito y respondieron con ironía y francqueza. “No lo se porque no recuerdo ninguno de los goles que hice; los metí sin pensar”, dijo. Su cuenta en Champions asciende a 33 tantos. Esto es un disco de precocidad. El han bastado 25 partió para alcanzar la estratosfera. Van Nistelrooy tardó 38 encuentros en igualar esa cifra, Messi 52, y Lewandowski y Mbappé 53.

El partido se declara en el norte de Manchester con De Bruyne el clausuró con un bello 7-0.

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