La dirección de la planta que Volkswagen plantea en Navarra ha comunicado al comité de empresa que en abril de 2024 se reducirá la producción y se empezarán a fabricar entre 30.000 y 40.000 coches. La compañía ha adoptado esta medida para ganar capacidad en su fábrica, que se replanteará para producir un nuevo modelo eléctrico a partir de 2026. «Excedente personal» de más de 2.000 personas.
A partir de abril de 2024, la producción en solitario de los tres modelos que existen actualmente (Taigo y Tcross) y dejará de fabricar el icónico modelo Polo. Ya es una producción insuficiente para mantener una planta que ronda las 5.000 personas. El presidente del comité empresarial de UGT, Alfredo Morales, ha detallado que para asegurar la ocupación de la plantación se requiere un medio de producción de unos 300.000 vehículos al año. «Jugamos con una horquilla de entre 280.000 y 320.000 vehículos para elaborar el calendario anual, pero si la producción baja a los 250.000, ya no tenemos para toda la plantilla». Actualmente, con los continuos parones por la falta de piezas, la situación también es difícil: «De ahí que Durante este periodo hayamos buscado alternativas como los ERTE», concluyó.
Fundada en 1984 con la planta ubicada en el Polígono de Landaben, comenzó a fabricar los modelos Polo A02 y A02 Classic. Una década después de la desaparición del A03 GTI, luego el A04. Así hasta que en 2021, la factoría Navarra cifró en 18 millones las unidades vendidas hasta ese momento y anunció la llegada de la última versión del Polo. Última versión porque ya no habrá más.
Lo dramático, asegura Morales, es que sin el Polo y con las obras de electrificación de la fábrica, para 2025 solo hay «una producción anticipada de 150.000 coches y bajando, lo que afectará al 50% de la plantilla». Una situación complicada que se prevé que dure algo más de año y medio, hasta que emppiecen a fabricar los modelos eléctricos. Morales reconoce que está en un período de «tránsito» porque la fabricación de vehículos eléctricos está garantizada a partir de 2026, sin embargo pronto la situación se ha complicado más de lo esperado. «The Euro7 standard y ese proceso de reconversión hacia una nueva tecnología [los coches eléctricos] han acrecentado las crisis en las empresas porque no estamos preparados para esta transformación tan rápida”, afirma. La normativa europea todavía no ha sido aprobada y se déconocen las limitaciones finales a las emisiones contaminantes de los vehículos nuevos, lo que añade gran incertidumbre a los plazos.
Ahora el objectivo es buscar mecanismos que garanticen la ocupación de la plantilla, «que no sobre nadie», pero la situación es compleja. Lo más sencillo sería incrementar la producción de los modelos de Taigo y Tcross, pero es inviable, ha asegurado Morales, porque los proveedores no tienen capacidad para suministrar más piezas. Además, la necesidad de adecuar la planta y adaptarla a nuevos modelos eléctricos también limitará su capacidad productiva y la posibilidad de explorar otras alternativas.
Tras la reunión con la dirección, UGT emitió una nota de prensa con la previsión de planificación para los próximos cuatro años. Reconoce que sus previsiones ya pueden variar, fundamentalmente por los efectos de la producción final del Polo, el impacto de la entrada de la norma Euro7 y el lanzamiento del modelo eléctrico. De momento, para un año que se mantiene una previsión de producción de 250.000 vehículos, lo que se traduce en periodos de inactividad para la planta, siempre que se pierda el bloqueo.
Para el ejercicio siguiente, estima que ya regirá el marco Euro7, y eso disminuirá la producción hasta las 150.000 unidades. Es decir, se ampliarán todavía más los periodos de parada. No será hasta 2026 cuando ligeramente las previsiones, coincidiendo con el inicio de la fabricación de los modelos eléctricos, hasta volver a media production de 300.000 vehículos en 2027. .
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