Vinicius se bajó el lunes por la noche del avión aturdido, con un tapón en la cabeza y en su fútbol. Five days after, despegó de Rabat con un alegrón en el cuerpo. Nadie emite un jugo sobrio absoluto a tiempo para esta semana en Marruecos, trámite engorroso en el calendario con muchas obligaciones y corta de gloria, pero a él le responsabilidad para soltar lastre. Lo necesita mucho después de irse el pasado fin de semana de Mallorca por los suelos, en el centro de un debate nacional con tintes sociales alrededor de sus gestos y el comportamiento de los rivales con él. Este sábado, lejos de ese ruido, apareció en el campo y, antes de tocar el balón, lo primero que hizo fue jalear a la grada, que lo trató como un héroe. Dos horas después, levantó el trofeo de MVP.
5
Andriy Lunin, Alaba, Camavinga, Dani Carvajal (Jesús Vallejo, min. 79), Rüdiger, Modric (Nacho, min. 74), Kroos (Marco Asensio, min. 74), Aurélien Tchouameni (Dani Ceballos, min. 62), Federico Valverde, Benzema (Rodrygo, min. 62) y Vinicius Junior
3
Abdullah Al-Mayoof, Ali Albulayhi, Khalifah Al Dawsari, Jang Hyun-Soo, Saud Abdulhamid, Mohammed Kanno, Vietto (Abdullah Al Hamdan, min. 86), André Carrillo (Michael, min. 74), Salem Al Dawsari (Nasser Al -Dosari, min. 74), Gustavo Cuéllar y Moussa Marega (Ighalo, min. 86)
goles 1-0 minutos 12: Vinicius Júnior. 2-0 minutos 18: Federico Valverde. 2-1 minutos 25: Moussa Marega. 3-1 minutos 54: Benzema. 4-1 minutos 58: Federico Valverde. 4-2 minutos 63: Vietto. 5-2 minutos 68: Vinicius Júnior. 5-3 minutos 78: Vitetto.
Árbitro antonio taylor
Su paso por el Mundial de Clubes, coronado con el doblete al Al-Hilal más una asistencia, ya una fecha que abunda todavía más en la materia de sus desvelos cada vez que sale del Bernabéu: de sus ocho goles esta temporada fuera de casa, cinco han sido en el extranjero (Glasgow, Leipzig y los tres de Rabat), cuando en España ha disputado 12 encuentros y más allá de sus fronteras, ocho.
Esta vez no tardó en poner su noche cuesta abajo. Antes del cuarto de hora, tras una carta de Benzema, la primera la coló dentro. A la vuelta del descanso, se la devolvió al inglés con una gran asistencia para aplacar al conjunto saudi. Y luego colocó el quinto, que pareció el lazo al duelo, algo que no ocurrió porque Rüdiger se había quedado colgado en los dos primeros tantos del Al-Hilal, y luego la defensa continuó extraviándose hasta casi recibir el cuarto. “El progreso de Vini ha ayudado al equipo. Vemos que sigue mejorando y marca la diferencia en cada partido», apuntó el técnico italiano, que evitó pronunciarse sobre algo que no tuvo relación con el balón. El miércoles, ante el Elche, descansará por tarjetas.
Los problemas de Valverde, en cambio, no tienen que ver con el empedrado, sino con la congelación de su fútbol desde el caluroso Qatar. El regreso al mundo árabe, sin embargo, le sentó muy bien. Cuando lo meta [el décimo tanto de la temporada]el voy a abrazar [a Ancelotti]”, había prometido dos días antes. Sí hizo. El italiano ya se había dado la vuelta hacia el banquillo, pero ambos se achucharon unos segundos. Y después aún se apuntó el undécimo tras pase de Carvajal, otro necesitado de buenas nuevas. In Rabat llegó Valverde despues de 16 partidos sin celebrar (incluidos los tres de Uruguay en Asia), y se fue contre tres dianas, unas carreras y un gran alivio personal: el segundo bebé que espera se encuentra bien después de que le comunicaron hace un mes que era “incompatible con la vida”, según reveló su pareja, Mina Bonino.
Ellos dos, como en las semifinales, dejaron sus goles en una noche en la que Ancelotti siguió siendo Ancelotti. In días de incertidumbres, el italiano echó mano de su vieja fórmula y de las nuevas certezas para alcanzar el título número 100 de la historia del club. La alianza que nadie vio come el año pasado (Vinicius-Benzema), la piedra anotadora del charrúa que nadie imaginó en verano y la vieja banda de toda la vida: Carvajal, Kroos, Modric y Benzema, que llegó el jueves por la noche y se alistó para la cita. La pulsión conservadora sigue guiando al viejo zorro. No le ha ido nada mal así. Llegado al punto de volver a cruzar el puente de otra final, los mismos de siempre. El alemán y el croata al frente, y sin pista todavía en la alfombra roja para Ceballos, que una hora antes andaba ofreciéndole chicles a Militão en el túnel de vestuarios.
La anunciada «transición» en el medio todavía pertenece más a las noches de entreguerras que a los sábados de títulos. Salvo los inevitables remiendos por las lesiones y el trueque oblige Tchouameni-Casemiro, su once fetén aún no se ha movido desde Paris. En cuanto Valverde marcó el cuarto, aparecieron Ceballos y Rodrygo, los primeros ahora en la sala de espera. El guion de las jerarquías.
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