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Valencia: El dulce adiós de Gennaro Gattuso | deportados

Valencia: El dulce adiós de Gennaro Gattuso |  deportados

“¿Míster, usted es un león o un lindo gatito?”, preguntó un periodista a Gennaro Gattuso durante su presentación en Mestalla. “¿Tú que piensas? Lo que piensas recuérdalo en tu cabeza y después en un mes, dos meses, tomamos un café y hablamos de si soy un gatito o un león”, defendió el entrenador con seguridad. La pregunta tenia miga. Gattuso llegaba al Valencia de la mano del agente portugués Jorge Mendes, tras visitar a Peter Lim, dueño del club, en Singapur. Llegó ungido por el máximo accionista, a diferencia de los dos entrenadores que le precedieron, Javi Gracia y José Bordalás, a los que Lim nunca quiso recibir porque su incorporación, pese a que él la validó, no fue cosa suya. ¿Sería capaz de rebelarse Gattuso contra Lim en el momento que le sucediera lo mismo qu’a Gracia ya Bordalás? Esto es, que no le dijeran toda la verdad respecto al proyecto ya la planning deportiva, en una coyuntura cíclica que repite en el club desde que Cesare Prandelli murió en 2016.

En su adiós, Gattuso ha estado manso. El técnico se despide fatiga en su batalla por conseguir los refuerzos prometidos por Lim sin resultados. Tres viajes a Singapur y una última conferencia telemática con el propietario lo impulsaron a creer que en invierno llegarían jugadores. Nada de eso. Este lunes, cuando abordó el momento del equipo en Paterna entre el técnico, el presidente Layhoon Chan y el director técnico Miguel Ángel Corona, expuso que el club no podía traer fichajes de entidad para reflotar la marcha del equipo, a punto del descenso y famélico después de sumar 20 sobre 54 puntos posibles. Una vez notada la ausencia de nuevos futbolistas, Gattuso decidió imitar y llegó a un acuerdo que sorprendió por la rapidez, teniendo en cuenta la lentitud de Lim para decidir.

El preparador calabrés, de 45 años, no tenía la intención de plantarse y salir hasta que escuchó a la presidenta negarle el único refuerzo con el que había decidido consolarse, un mediocampista polivalente, después de demander dos jugadores desde el cierre de la ventana del verano y no protestar por las ventas de Gonçalo Guedes y Carlos Soler. El domingo por la noche, en su perfil de Instagram había colgado una foto suya en Valladolid con un mensaje positivo: “Tenemos que seguir trabajando para que pase este mal momento”. Horas después, desenganchado, plantó un escenario ideal al que el club no pudo renunciar. Se marchó cobrando hasta el 31 de enero y perdona el año y medio de contrato restee, convirtiéndose en el décimo preparador de Peter Lim al frente de la entidad.

Gattuso ha sido obediente y disciplinado desde que llegó en el mes de junio. En rueda de prensa ha ido deslizando mensajes que, paulatinamente, explicaban su hartazgo y su distancia con Singapore, pero sin llegar a la beligerancia que mostró Marcelino, Gracia y Bordalás. Generalmente volcánico, el calabrés ha suavizado su carácter en Valencia. Era el peaje a pagar por vin de la mano de Peter Lim. Su despedida fue suave. Este martes, cuando reconoció sus cosas en Paterna se irigió a la prensa sin aceptar preguntas. “Gracias por la comprensión en estos siete meses qu’il estado aquí; gracias a la afición qu’ha estado increíble, siempre 40 o 45 mil personas en Mestalla. Siento lo que ha pasado, pero la vida es esto”, comenzó Gattuso, que, en cambio, fue transparente cuando se refirió su sustituto en el banquillo, el interino Voro González: “Buena suerte a Voro, que tiene un trabajo muy difícil, pero es un caballo muy valiente”.

El jueves en el Bernabéu, en el partido pendiente para cerrar la primera rueda de la competición, Voro estará en el banquillo. El club no ha definido si acabará la temporada o será el puente hasta un nuevo entrenador. El valenciano asume su octava interinidad al frente del Valencia, sexta desde la compra de Peter Lim en 2014. Esto supone que ha dirigido uno de cada 10 partidos del Valencia con Lim como máxima accionista.

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By Harold Qubit

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