En una entrevista con Pablo Rodari de la televisión de Suiza italiana, que el lanzará el domingo a la noche víspera, el décimo aniversario de su elección como pontífice y que fue este viernes difundida a la prensa, el papa francisco afrontó los temas de la actualidad. Desde que renuncia solo si sufre “un cansancio que no te deja ver claramente las cosas”.
También reiterar que ya luchas una Tercera Guerra Mundial allí recibió a la filósofa argentina Amelia Podetti quien influyó en su pensamiento de que “la realidad es mejor desde las periferias que del centro” porque “a la distancia se entiende la universalidad”.
Una continuación del diálogo del papá argentino con Rodari.
-Santidad, el Papa Benedicto XVI abrió el camino a las dimensiones. Usted ha dicho que es una posibilidad pero que por el momento no contemplado. ¿En el futuro que cosa podría sacar a renunciar?
-Un cansancio que no te deja ver claramente las cosas. La falta de claridad, de saber evaluar la situación. Tambien el problema fisico se puede dar. Sobre esto demande siempre y siga los consejos. ¿Como van las cosas? ¿Qué te parece que debo hacer? Pregunto a las personas que conocen y también a algunos cardenales inteligentes. Y me dicen la verdad. Seguí que está bien. Pero por favor, el pido: ¡griten un tiempo!
-En el mundo hay diversas guerras. ¿Por qué es difícil entender el drama?
-En poco más de cien años hubo tres guerras mundiales: 14-19, 39-45 y esta, que es una guerra mundial. Comenzó a pedazos y ahora nadie puede decir que no es mundial. Las grandes potencias están todas metidas. El campo de batalla es Ucrania. Ahi luchan todos. Esto hace pensar a la industria de las armas. Un técnico me decía: si por un año no se produjeran las armas se resolvería el problema de la cámara en el mundo. es un mercado Se hace la guerra, se venden las armas viejas, se prueban las nuevas.
-Antes del conflicto en Ucrania ha encontrado varias veces a Putin. Si lo encontrara hoy, ¿qué le diría?
-Le hablaría claramente, como hablaría en público. Eres un hombre culto. El segundo día de la guerra fuí a la embajada de Rusia ante la Santa Sede a decir que estaba dispuesto a ir a Moscú siempre que Putin me dejara una ventana para negociar. Me respondió Lavrov (ministro Ruso de Relaciones Exteriores) diciendo gracias, pero no es el momento. Poutine sabe que estoy a disposición. Pero ahí hay siempre intereses imperiales. No solo del imperio ruso sino de los imperios de otras partes. Es propio de los imperios poner en un segundo lugar a las naciones.
(To Putin) the hablaría claramente, como hablar en público. Es un hombre culto”.
-¿Qué otras guerras siente más vecinas?
-El conflicto en Yemen, Siria, los pobres Rohingyas de Myanmar. ¿Por qué estos sufrimientos? Duelo de las guerras. No hay espíritu de Dios. Yo no creo en las guerras santas.
-¿Cómo ha cambiado usted en los últimos diez años?
-Soy viejo. Tengo menos resistencia fisica. Lo de la rodilla ha sido una humillación física, aunque ahora estoy recuperándome bien.
Soja vieja. Tengo menos resistencia fisica. Lo de la rodilla ha sido una humillación física, aunque ahora estoy recuperándome bien”.
-¿Le ha pesado moverse en una silla de ruedas?
-Me avergonzaba un poco.
-Muchos lo describen como el Papa de los últimos. ¿Lo siente así?
-Es cierto que tengo una preferencia por los descartados, pero esto no quiere decir que yo descarte a los otros. Los pobres son los predilectos de Jesús. Pero Jesús no echa a los ricos.
-Jesús pide de llevar a cualquiera a su mesa ¿Qué significa?
-Significa que ninguno está excluido. Cuando no llegaron aquellos a la fiesta ha dicho: vayan a los cruces de las calles y llamen a todos, a los enfermos, a los buenos y malos, pequeños y grandes, ricos y pobres, todos. No debemos olvidar esto: la Iglesia no es una casa para algunos. No selectivo. El santo pueblo de Dios es esto: todos.
La Iglesia no es una casa para algunos. No selectivo. El santo pueblo de Dios es esto: todos”.
-¿Por qué algunas personas por sus condiciones de vida se sienten excluidas de la Iglesia?
-El pecado está siempre. Hay hombres de Iglesia, mujeres de Iglesia que refuerzan la distancia Y esto es un poco la vanidad del mundo, sense más justos de los otros, pero no es justo. Todos somos pecadores. A la hora de la verdad, poné sobrio la mesa you verdad y verás que sos un pecador.
-¿Cómo imaginó la hora de la verdad, el más allá?
-No puedo imaginarlo. No se qué será. Solo quiero a la Virgen que esté cerca.
-No puedo imaginarlo (el más allá). No se qué será. Solo quiero a la Virgen que me esté cerca”.
– ¿Por qué ha decidido vivir en Santa Marta (el hotel interior del Vaticano)?
-Diez días después de la elección de huir a tomar posesión del palacio apostólico. No es demasiado lujoso. Está bien hecho, pero es enorme. La sensación que tendrás será de un embudo al soñado. Psicologicamente esto no lo tolera. Por caso pase delante de la habitación donde habito. El me dice: “Yo quedo aquí”. Es un albergue, habitante cuarenta personas que trabajan en la Curia. Y viene gente de todas partes.
-¿De su vida anterior le falta algo?
-Caminar, por la calle. Caminaba tanto. Utilizaba el subte, el colectivo. Siempre con amabilidad.
-¿Qué piensa de Europa?
-En este momento en tantos políticos, jefes de gobierno o ministros jóvenes. El digo siempre: hablen entre ustedes. Ese es de izquierda, tu eres de derecha, pero son jovenes los dos, hablen. Es el momento del dialogo entre los jovenes.
-¿Qué trae un Papa venido casi del fin del mundo?
-Me viene a la mente lo que escribió la philosophe argentina Amelia Podetti: la realidad se ve mejor de las periferias que del centro. Desde la distancia se entiende la universalidad. Es un principio social, filosófico y político.
-¿Cómo recordar los meses de la cuarentena, su oración solitaria en la plaza de San Pedro?
-Llovía y no había gente. Sentí que el Señor está allí. Fue algo que ha querido el Señor para hacernos comprender la tragedia, la soledad, la oscuridad, la peste.
-Con frecuencia habla usted de los chismes, ¿por qué?
-Los chismes destruyen la convivencia, la familia. Es una enfermedad escondida. Es la peste.
-¿Cómo han sido los diez años de (su predecesor) Benedicto XVI en el Mater Ecclesiae (el convento donde vivían en los jardines vaticanos)?
-Bravo, un hombre de Dios, lo quiero tanto. La última vez que lo vi fue por la Navidad. Caso no podía hablar. Hablaba bajo, bajo, bajo. Era necesario que tradujeran sus palabras. Estaba lucido. Hacia preguntas: ¿Como va esto? ¿Cuál es el problema? Estaba actualizado en todo. La última vez se vio que estaba llegando al final.
-Las exequias fúnebres fueron sobrias. ¿Para que?
-Los ceremonieros se rompieron la cabeza para hacer las exequias de un Papa no reinante. Era difícil hacer la diferencia. Ahora dijo que estudien la ceremonia por los funerales de los Papas futuros, de todos los Papas. Estamos también estudiando como simplificar un poco las cosas que litúrgicamente no van.
-Cuándo salud pide a todos que recen por usted. ¿Para que?
– Estoy seguro que todos rezan. A los no creyentes digo: recen por mí y si no rezan mándenme buena onda. Un amigo ateo me escribió…. “y te mando buenas ondas”. Es una manera pagana de rezar, de un quererse bien. Y querer bien a otro es una oración.
Vaticano, corresponsal
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