Syo los «técnicos» de Silicon Valley aún tenían dudas sobre su imagen en el resto del país, estaban edificados. Más allá de Palo Alto, los problemas de Silicon Valley Bank (SVB) no reciben mucha simpatía. Durante todo el fin de semana, las redes sociales resonaron con el sarcasmo de los internautas hacia un entorno al que por lo general poco le importan los daños colaterales de sus novedades. « Vender jets privados »aconsejó uno de ellos.
El colapso del banco SVB fue recibido con un cinismo comparable al desprecio de los libertarios por la «gran gobierno». Los capitalistas de riesgo, como Bill Ackman de Pershing Square, han estado vendiendo advertencias, escenarios apocalípticos, afirmando que la seguridad nacional está en peligro y que, como el último hombre del saco, China se aprovechará de la situación para privar a los Estados Unidos del próximo Google y SpaceX, nada ha sacudido el muro de la animosidad. “¿Y ahora quieren un rescate del gobierno? Estoy riendo «uno significaba otro comentarista.
Las desigualdades se están ampliando
Los tiempos no se prestan para derramar lágrimas por la tecnología. El sector se ha beneficiado mucho de la pandemia, está luchando para afrontar la vuelta a la realidad. Desde la primavera de 2022, la industria ha tenido que despedir a unos 200 000 empleados, 10 000 solo en el Valle. Los escándalos se acumulan. Lo último: la quiebra de la plataforma de criptomonedas FTX.
Sobre todo, las desigualdades se están ampliando. Según el informe anual de Empresa conjunta Instituto de Silicon Valley, publicado el 17 de febrero, la brecha entre ricos y pobres siguió acumulándose en 2021 en la capital tecnológica (un 5 %), mientras que en el resto del país disminuyó (un 3 %). Un enclave de 120 kilómetros cuadrados al sur de San Francisco, el Valle es hogar de 85 multimillonarios y 163,000 millonarios. En 2022, el 10% de los habitantes poseía el 66% de la riqueza total de la región. El 1% más rico: 36% de los recursos.
Solo ocho contribuyentes pesan más de 500.000 habitantes, o la mitad de las viviendas de la región. Siete de estas grandísimas fortunas provinieron de la tecnología: Larry Page y Sergey Brin, los fundadores de Google, Eric Schmidt, quien fue durante mucho tiempo el CEO del buscador; Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook; Jensen Huang, de Nvidia; Jan Koum, el creador de WhatsApp; y Laurene Powell Jobs, viuda del fundador de Apple, Steve Jobs. El octavo es Charles Schwab, el fundador del gigante financiero que lleva su nombre.
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