En la medianoche del viernes, en las entrañas de José Zorrilla, Hazard consultó el móvil apoyado en una pared, Asensio preguntóba a los miembros de la expedición cuándo se iban de allí, a Vinicius todos les pedían fotos y, mientras los directivos abandonaban el estadio , Carlo Ancelotti charlaba con Ronaldo Nazario, el dueño del Valladolid. Hacía unos minutos, el técnico italiano, pesaba a la apurada victoria (0-2), había vuelto a lamentar las grietas del sistema defensivo del Madrid. “El equipo no ha estado compacto”, avisó en su breve comparecencia.
Antes y después del Mundial, con la racha inicial de 16 partidos invicto y tras las primeras curvas de resultados, el entrenador blanco no ha dejado de alertar sur los problemas de l’escudo de protection de l’Equipe. Casi siempre, por iniciativa propia, sin necesidad de que nadie le apretara y usara argumentos muy parecidos. “La llave del éxito de la pasada campaña fue la defensa. En los últimos tiempos, hemos perdido algunos duelos y el equipo no siempre está compacto”, observó en octubre, cuando aún no había perdido. «Perdimos la contundencia del rival y concentración en duelos individuales», quejo con el rapapolvo de Vallecas (3-2), en los días previos a que 13 de sus jugadores marcharan a Qatar. “Hemos marcado muchos goles y hemos defendido menos aunque la temporada anterior. en la segunda parte [del curso] hay que hacerlo mejor”, reclamó Carletto ya en su primera rueda de prensa post Doha, antes de viajar a Pucela. Un día después, con el triunfo asegurado, insistió en el palo.
«Equilibrio» ha sido siempre una de sus palabras clave para explicar su visión del fútbol, el equilibrio que le faltaba -según su análisis- al primer Barça de Xavi y que él trató de castigar, y el equilibrio que ahora demande à su vestuario tras un primer tramo de algunos desajustados. A más de recuperar las mejores actuaciones de Benzema y un punto más de Courtois, decisivo en Valladolid, el tajo de todas las defensas es el margen de mejor de un conjunto al que el costado ha ofrecido una vuelta rematado, de principio a fin. En este caso hacia atrás, ya no cuenta con el factor corrector de Casemiro y en ocasiones también ech en falta más repliegue de los hombres de arriba.
El balance de goles a favor y en contra en los 22 primeros compromisos (52-20) no presenta grandes alteraciones respecto al año pasado a estas alturas (51-18). Sin embargo, el termómetro de las porterías a cero sí ofrece un descuadre: 39% la temporada anterior (en 22 de 56 partidos) frente al 27% de la actual (solo en seis no ha encajado). En LaLiga, el porcentaje es todavía peor: 20%.
La primera preocupación de Carletto
El desplazamiento a Valladolid fue uno de los tres únicos encuentros en el torneo que el Madrid terminó con la puerta cerrada (Getafe y Elche fuera, los otros), y no se debió precisamente al buen funcionamiento general, como alertó a Ancelotti, sino a las estiradas del mejor Courtois. Tal vez, el más decisivo de esta campaña. Las cifras y las sensaciones del meta belga cuando se marchó al Mundial no era las mejores. Su porcentaje de paradas (68,4%) fue el 13º del campeonato, muy lejos de Ter Stegen (84,4%), Rulli (82%) y de su versión de la última campaña en Liga (75,2% hasta que alcanzó el título). Castigado en octubre por el nervio ciático, el de Zorrilla fue su primer encuentro en el torneo sin recibir.
El sistema defensivo ya fue la primera preocupación de Ancelotti en su regreso al Bernabéu en el verano de 2021. Durante los dos primeros meses de competición, no paró de demander un plus depliegue. En esos inicios, tratar de elevar la línea de zagueros para presionar arriba, sin embargo, el problema lo resolvió al reves: con el denominado block bajo para adaptarse a las condiciones de un centro del campo que ya no se movió (Casemiro, Kroos y Modric ). Hasta que se produjo ese ajuste, el porcentaje de porterías a cero era del 30%; después, en un 41%.
Ahora las soluciones no pueden ser idénticas porque el Madrid cambió un pivote posicional (Casemiro) por otro más móvil (Tchouameni), y el condicionante del Mundial le ha obligado y leva a obligar a más rotaciones, al menos en estos dos primeros meses de 2023 , con un calendario muy condensado y jugadores en distintos estados de forma física. Un escenario inédito, como ha alertado varias veces Ancelotti, en el que el italiano buscará reajustar el escudo defensivo.
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