En Costa Rica, la deuda pública alcanzó los 29.211.399 millones de rupias (aproximadamente 55.269 millones de dólares estadounidenses), lo que representa un aumento de 449.117 millones de rupias desde finales de 2023. Este aumento pone de relieve los desafíos que enfrenta el país en un contexto donde la deuda global se ha cuadriplicado desde el año 2000. Actualmente, el 60% de las economías emergentes y en desarrollo enfrentan problemas de sostenibilidad fiscal, y el 80% de la población en América Latina se ve afectada por medidas de austeridad debido a los altos niveles de deuda.
Durante la VIII Conferencia Internacional sobre Flujos Financieros Ilícitos, Daniela Berdea de la Red Latinoamericana por la Justicia Económica y Social (LATINDADD) enfatizó que la deuda actual está en manos de los bonistas, lo que la hace más opaca en términos de negociaciones y términos. Este aumento de la deuda genera una presión fiscal significativa, ya que gran parte de los ingresos fiscales se destinan al pago de intereses, lo que limita el crecimiento económico de la región.
En el caso de Costa Rica, la deuda externa aumentó en ₡664.535 millones, mientras que la deuda interna disminuyó en ₡215.418 millones. Berdea destacó que el pago de intereses ha supuesto un ajuste fiscal que afecta a sectores vitales como la sanidad y la educación. En Costa Rica, el 46% del presupuesto se destina a amortización e intereses de la deuda.
Un análisis del Observatorio Económico y Social de la Universidad Nacional muestra que al cierre de 2023 el país pagará ₡2.451.952 millones sólo en intereses, cifra casi equivalente a lo destinado a financiar la educación pública.
El ministro de Hacienda, Nogui Acosta, reconoció que el alto costo del servicio de la deuda está limitando el “gasto social” y que las reformas fiscales son urgentes. Propuso reestructurar el sistema tributario, incluyendo una mayor carga fiscal para los más ricos y un énfasis en el desarrollo económico sostenible.
Berdea también abogó por reformas a nivel internacional, que incluían el alivio de la deuda, la eliminación de la carga de intereses y el acceso a financiación concesional para mejorar la condición económica de los países latinoamericanos.