Telecom Italia está lista para dar el paso. El operador italiano está a punto de vender su red de telecomunicaciones fijas y sus actividades internacionales (Sparkle). Dos campos se oponen a esta OPA: por un lado, el fondo estadounidense KKR, interesado desde hace más de un año; por otro, el dúo formado por Cassa Depositi e Prestiti (CDP), el equivalente italiano de la Caisse des dépôts et consignations, y el inversor australiano Macquarie. Telecom Italia ha dado a los dos contendientes hasta el 18 de abril para presentar ofertas mejoradas, considerando insuficientes los 20.000 millones de euros adelantados inicialmente. Al convertirse en arrendatario de esta infraestructura fija, el operador podría dedicarse por completo a la comercialización de suscripciones, así como a la operación de su red móvil y sus actividades auxiliares (nube y ciberseguridad).
Esta importante separación entre la empresa de redes (Netco) y la empresa de servicios (Servco) marcaría la culminación de una estrategia impulsada en los últimos años por los mercados financieros como respuesta a las dificultades de los operadores. Varios grupos competidores, como Altice, ya han cedido a esta lógica. Pero nunca un actor histórico de la talla de Telecom Italia se había atrevido a dar el paso en su mercado nacional.
Retraso en el despliegue de fibra
¿Tenía otra opción? El italiano necesita dinero fresco para hacer frente a sus 20.000 millones de euros de deuda neta a 31 de diciembre de 2022. Este peso le impide financiar la conversión de sus líneas ADSL a fibra óptica y explica el retraso de Italia en el despliegue de esta nueva tecnología . De acuerdo a el índice digital de la Comisión Europea para 2022, la fibra cubre algo más del 40% del territorio nacional, 20 puntos menos que en Francia y 40 menos que en España. Por eso el gobierno italiano, que tiene una participación preferente (parte del oro) en el capital de Telecom Italia, no quiere perder el control de un activo tan estratégico. Por lo tanto, presiona por la oferta de compra presentada por el tándem entre CDP y Macquarie. La Caisse ya posee el 9,81% del capital de Telecom Italia.
Otro accionista tiene interés en aumentar las apuestas. Se trata de la francesa Vivendi, titular del 17,04% de la operadora. Llegado a la capital en 2015, el grupo de Vincent Bolloré nunca ha conseguido rentabilizar su inversión. Solo en 2022 tuvo que depreciar el valor de su participación en 1.300 millones de euros, además de los 728 millones perdidos en 2021.