El epicentro de las protestas son las zonas andinas y el sur, regiones postergadas del país. Discriminación y posterización.
El descontento en los Andes del Sur de Perú, que estalló en diciembre pasado en la región donde hace siglos nació el imperio inca, desató los movimientos sociales mayores del siglo XXI en este país sudamericano, que ya hay más de medio centenar de muertos en poco más de un mes.
Una gran manifestación, con la participación mayoritaria de habitantes de las zonas andinas del país, los jóvenes estuvieron en Lima para exigir la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y elecciones anticipadas. Las autoridades desplegaron un operativo de seguridad masivo en la capital peruana con casi 12.000 policías en las calles, para evitarturbios y vandalismo.
Las protestas llevan más de un mes, casi sin pausa, y pese a los intentos del gobierno por squid los ánimos, el finale de la crisis no parece cercano.
¿Qué fue lo que encendió la colera de miles de indígenas? Aquí, algunas claves.
1- Autogolpe y despido
El detonante fue el rechazo a la destitución fulminante el 7 de diciembre en el Congreso del presidente de centroizquierda Pedro Castillo por un fallido golpe de Estado con el cual cerró atentado el Parlamento, de mayoría derechista, gobernar por decretos y convocar a una Asamblea Constituyente.
La destitución ocurrió horas antes de que el Legislativo votara una moción para separar a Castillo, a quien la fiscalía investigara por corrupción. Luego un juez lo condenó a 18 meses de prisión preventiva por delito de rebelión en flagrancia. El ex mandatario sigue detenido.
Vicepresidenta Dina Boluarte, que estaba distanciando de Castillo lo reemplazó, de acuerdo a ley. pero el repudio popular a la sangrienta represion de las protestas relegó a Castillo a un segundo plano, potenciando el pedido de renuncia de la nueva presidenta y el cierre del Congreso.
Las protestas obtuvieron en el «Perú profundo» las zonas andinas del sur peruano y se han extendido hasta Lima.
2-Discriminación
Uno de los factores básicos son el sentimiento de discriminación y la mala calidad de la vida diaria, afirma a la AFP el analista político Mirko Lauer.
«Es un descontento antiguo, complejo. Estas son personas que traen las furias y las penas de haber sido víctimas del sistema feudal, de haber tenido que separarse de sus familias por migraciones internas (en busca de mejores condiciones de vida), de haber sido víctimas de radicalismos y reaccionarismos. El descontento no funciona como programa político sino como un grito de cólera desde el corazón”, explicó.
El historiador Antonio Zapata considera que las cuestiones de «identidad» explican también en buena medida las protestas. Los campesinos imaginaron tener un «uno de los suyos» en el poder con Castillo, un maestro rural y líder sindical de origen andino.
«Él representaba al Perú rural…(las protestas) están diciendo que nos han sacado nuestra oportunidad histórica», sostiene Zapata en el diario La republica.
3- Polarización
Ese sector del campesinado reclamar además el cierre del Parlamento porque consideró que «no dejó gobernar» al destituido presidente. “Esa población juzga que no es justo que gobiernen los que han fregado al profesor Castillo”, reflexionó Zapata.
A ello se suma la solicitud de una Asamblea Constituyente que elabora una Carta Magna que reemplaza en el año de 1993, a la dedicada a la economía de mercado como eje del desarrollo, raíz de las desigualdades sociales desde su punto de vista. Esta fue la principal promesa de campaña de Castillo.
«La polarización es una de las causas de las protestas; no es ideológica: es la del ‘establishment limeño'» versus las provincias pobres del sur, señala a la AFP Carlos Meléndez, politólogo y profesor de la universidad Diego Portales de Chile.
Esto se explica por el centralismo del Perú, donde las regiones Andinas o Amazonicas fueron las menos beneficiadas del ‘boom’ economico de los últimos 30 años.
El lado del ‘establishment’ es la economía formal, las parcialidades de la derecha, las fuerzas del orden, las corporaciones de medios, las clases altas y los altos medios, y la costa norte industrializada del país.
En el otro lado hay una coalición «que tiene sus propios poderes como la economía ilegal (contrabando, narcotráfico, minería), que se imbrican con radicalismos de izquierda, sindicatos y el brazo político de la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso», explica Meléndez.
4- Fragmentación política
A ello se suma «la fragmentación y multiplicación de minipartidos, sin sustento de base social, creando la ausencia de interlocutores».
«Hemos tenido una importante etapa de crecimiento que comenzó a terminar en 2016, en coincidencia con la turbulencia política que se desató ese año con la guerra entre el Congreso y el Poder Ejecutivo, luego vino la pandemia y la pobreza creció en 10 puntos», describió a la AFP el economista y analista Augusto Alvarez Rodrich.
«Eso exacerbó la situación (en las regiones andinas) y es lo que expresa la disazón que existe en el país, donde tenemos una protesta sin rostro, sin liderazgo», añadió.
Durante la bonanza económica, la reducción se redujo de más del 40 % al 10 % en tres décadas antes de desaparecer al 26 % en 2022.
Las protestas andinas tienen un elemento globalizador: el descontento con las élites. Y el populismo en boga, de izquierda o derecha, está construido sobre el odio a las élites, reflexionó Lauer.
Fuente: AFP
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