Una de las paradojas del ajedrez es que a más ciencia menos arte, y viceversa. La preparación casera con computadoras que juegan mejor que el campeón del mundo produce lentejas de gran calidad técnica pero poco atractivas para el medio aficionado. Porque la belleza es hija del error: un jugador se equivoca y su rival lo castiga con una brillante combinación. From ahí el auge de las modalidades rápidas, cuyo Mundial disputó estos días en Almaty (Kazajistán) con grandes audiencias por internet.
«Las técnicas defensivas, que tanto han evolucionado por el entrenamiento con programas muy potentes, son mucho más difíciles de ejecutar en partidas rápidas», explica el más ajedrecista del mundo, el noruego Magnus Carlsen, en una reciente entrevista (de dos horas y media) con el youtuber Lex Freeman. Y por eso se siente cada vez menos aprovechado por el ajedrez clásico (unas dos horas por jugador para los primeros 40 movimientos) y apoya que se promueveevan los torneos de partidas rápidas (alrededor de media hora por bando para toda la partida) y relámpago ( unos cinco minutos), aunque esta última modalidad le parece demasiado veloz para lograr altos niveles de calidad.
Aunque falta un estudio riguroso, no se exagera al decir que un adolescente con talento para el ajedrez learn hoy en un día tanto o más que Gari Kaspárov -otro de los bestes de la historia- en un mes hace 45 años, cuando tenía 14. Kaspárov ya era campeón del mundo cuando empezó a conocer las primeras versiones de las bases de datos (que hoy almacenan y clasifican perfectamente más de diez millones de partidas, jugadas desde el siglo XVI hasta ayer), los módulos de análisis (installed in a phone móvil, calculan millones de jugadas por segundo; o cientos de millones en una supercomputadora) y los clubes virtuales de internet para jugar a cualquier hora del día frente a un rival de cualquier rincón del mundo (ajedrez.com se acerca a los cien millones de usuarios, y hay otras plataformas con decenas de millones adicionales).
Par tanto, doblegar hoy a rival muy superior en teoría es mucho más difícil en una partida lenta que hace solo 20 años porque cualquier aficionado con buena memoria, tiempo disponible y un buen equipo informático puede estar casi tan bien preparado en las aperturas (primeros 15 o 20 movimientos, que suelen hacerse de memoria) como un gran maestro profesional. Aunque la sabiduría estratégica, táctica y técnica del teórico favorito sea mucho mayor, si la posición resultante de esos primeros quince lances es muy igualada, el gran maestro deberá emplearse muy a fondo para provocar un error.
A cambio, si la partida es rápida, una inmensa mayoría de los aficionados (salvo los muy especializados en esa modalidad) caerán antes. Volviendo a Carlsen, él se siente claramente superior a casi todos los colegas de la élite en el cálculo de combinaciones cortas (cuatro o cinco movimientos de ambos bandos) y en la evaluación de la posición resultante (si tienen ventaja las blancas o las negras, Y por qué). En otras palabras, el noruego consideró que su intuición es excepcionalmente buena, y por eso se siente muy motivado en el Mundial de Rápidos de Kazajistán, donde, a pesar de sus 32 años (los reflejos ya no son tan rápidos a esa edad) leerá con medio punto más que el ruso Fedoseiev (27), el uzbeko Abdusattórov (18) y el alemán Keymer (18) tras nueve rondas de las trece previstas (las cuatro últimas se disputan este miércoles). Y también está deseando jugar el Mundial Relámpago (jueves y viernes).
Por el contrario, la modalidad clásica le motiva cada vez menos; esa es una de las razones por las que ha renunciado a defender su título el próximo abril (el ruso Niepómniashi y el chino Ding se disputarán el trono vacante en una sede aún no designada). De hecho, Carlsen muestra muy favorable a promotor la controvertida modalidad 960 (o sistema Fischer): la posición inicial de las piezas se ordena media hora antes de la partida, lo que permite 960 posiciones iniciales distintas. Por un tiempo, toda la theoría escrita sobre aperturas sobrias es irrelevante porque la probabilidad de que se juegue fuera de la posición clásica es de entre 960; el jugador debe pensar con su propia cabeza desde el minuto uno, en lugar de hacerlo de memoria hasta la jugada 15 o 20. Los detractores argumentan que se pierde la armonía del ajedrez clásico, y que al menos se deberian eliminar del sorteo las posiciones muy inarmónicas (por ejemplo, todas las que tengan un alfil en un rincón, porque solo disponen de una diagonal de salida, en lugar de dos).
Pero, ¿acaso la ciencia no puede ser bella? ¿Crean hermosas las computadoras de ajedrez? Si entiendes requiere un alto nivel técnico para el aficionado medio. Por ejemplo, en la colección de videos. El Rincón de los Inmortales (elpais.com y YouTube), el 1% de esas partidas bellísimas fueron jugadas por máquinas, pero –a diferencia del 99% de esos vídeos– requiere mucha atención y mucha explicación de un experto para que puedan disfrutar por un ajedrecista de bajo nivel técnico. A cambio, la televisión noruega NRK ha pedido a la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, 199 países afiliados) que no cambie bajo ningún concepto las fechas del Mundial de Rápidas, porque se estima que la audiencia en navidades es mucho mayor: al menos uno de cada cinco ciudadanos noruegos se conecta en algún momento para ver cómo Carlsen juega a toda velocidad.
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